viernes, 2 de febrero de 2007

El Beso



Los Yotros que se encienden en el cuerpo a cuerpo de la madrugada
Recuperan para sí la amistad de trillones de años olvidados de sí mismos
Allí de donde surgieron un magma de libertad los amamantó como resguardo en los futuros cercenamientos
No había la frontera de la piel en ese entonces
No había el tapujo de las mentiras y aún el pronombre posesivo no ganaba su batalla
No había boca
No había el modular cansado ni el punto de vista
El beso lo recibían las almas en el alma y la luz que de aquel acto emanaba decidió modelar las bellas formas de los labios
Como seña formal y escaso indicio de una dicha primigenia
Para el tiempo en que hubiera que andar poniéndole nombre a todo
Vulgarizando la función bucal con el parloteo canalla de todos los días
Para recuperarlo todo una madrugada
Por el asalto de una lengua
En el tráfico sutil de los alientos.

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